Las cajas de huevos suelen ser uno de los materiales más desechados en el hogar. Su uso se remite al envasado de determinado producto y una vez que llega al hogar generalmente termina en la basura por no encontrar función alguna.
Hoy les traemos una idea que permitirá combinar la creatividad con el reciclaje de este material. Se trata de un ramo de flores hecho en base a cartón de cajas de huevo que resulta un adorno muy atractivo e interesante por ser producto de la reutilización de aquello que todos consideran basura.
Materiales:
- Cartón de huevos
- Botones
- Limpia pipas (palitos de chenille)
- Pintura acrílica de distintos colores
- Cinta floral
- Tijeras
- Clip de papel
- Barniz (opcional)
- Pegamento
Paso a paso:
Lo primero que debemos hacer es conseguir una caja de huevos y recortarla de modo de obtener varios casquetes. Una vez que tenemos varias piezas, debemos proceder a recortarlas dándoles distintas formas a lo que serán los pétalos de nuestras flores de cartón.
Una vez que tenemos distintas piezas debemos pintarlas de distintos colores con la pintura acrílica y esperar a que sequen para luego aplicarles por encima barniz y dejarlas brillantes y listas para armar el ramo.
Para armar las flores debemos tomar un pequeño clip y desarmarlo de modo de poder con él hacer dos agujeros en el centro de los pétalos. Una vez que los agujeros están listos debemos pasar a través de uno de ello el palito de chenille o limpia pipas que oficiará de tallo.
Al limpia pipas debemos enhebrarle un botón y luego de esto debemos pasar el otro extremo del limpia pipas por el agujero restante de modo de que el botón quede como centro de la flor.
Para terminar debemos forrar el tallo con cinta floral haciendo que quede totalmente verde y adquiera así un aspecto más real. Una vez que terminamos de recubrir el tallo tenemos lista la flor.
Repitiendo el proceso podremos hacer tantas flores como queramos. La combinación de distintos diseños de pétalos y diferentes colores nos permitirá crear un bonito ramo que servirá como centro de mesa, como un atractivo adorno o incluso como un regalo para homenajear con nuestras propias manos a algún ser querido.
humanos empezamos a desprendernos del sentimiento de unidad, de ver la vida como un todo, donde todos formamos parte de lo mismo, con diferentes nombres e historias, siempre compartimos muchos capítulos. Cada quién mira su juego, se enfoca su historia, la falta de sensibilidad es moneda corriente, la inseguridad afectiva, económica, y física es consecuencia de un desgarramiento social que afecta nuestra identidad. Como seres gregarios, existe en nosotros la necesidad de pertenecer, sin embargo, en la actualidad, ese pertenecer ha sido reemplazado por un falso valor el de la apariencia.
¿Qué es pertenecer?
yo tienes que a fuerza perder tú, no nos damos cuenta que perdemos todos. Todos vivimos en esta bola de tierra y agua que es nuestro planeta; estamos interconectados; los eventos aislados no son aislados, todo que pasa sobre la faz de la tierra nos afecta; porque todos vivimos en ella. Tal vez no lo observamos porque los efectos son más tardados a veces en reproducirse, pero el hambre, la violencia, el egoísmo, la intolerancia, y la discriminación mundial, crea replicas en todas partes del universo; en las escuelas, casas y empresas de todo el mundo, y tarde o temprano, el desamparo nos atrapa.
a nuestra existencia y nos recuerda que no todo en este mundo debe ser como nosotras queremos que sea.
Estos objetos no representan en nada al amor, sólo dejan entrever una cultura en la que prima lo material sobre los sentimientos, en la que debemos dar presentes casi por “obligación” y qué problema se nos arma si no damos algo que esté a la altura de la situación… Nos vemos obligadas a dar un regalo de vuelta, pues si se me dio un presente, yo también debo hacerlo, debo devolvérselo.