No, no me dejaré llevar, no quiero aparentar, quiero ser siempre yo misma.
Hoy vivimos en un mundo dónde la crisis de valores éticos es una constante que se acrecienta con el transcurrir del tiempo. Los seres
Aparentar ser quién no somos para pertenecer a un grupo de amigos, a un club, a una jerarquía, para ser aceptados en la familia, escondemos nuestras ideas, sentimientos, deseos, elecciones; utilizamos un sin número de máscaras para ser parte de lo que no somos en realidad. Pues si falta el amor, falta todo.
Pertenecer es mucho más que ser parte de; implica amar lo que hacemos, hacer importante los actos de nuestras vidas; valorar lo que tenemos y desarrollar el sentimiento de gratitud.
La falta de unidad es producto del constante bombardeo de los medios de comunicación y el consumismo, la frivolidad; la violencia desbordada, la falta de esperanza, de compromiso, y por sobre todas las cosas, la prioridad al TENER Y HACER, en lugar del Ser.
Ahí está el punto de cuestión, ¿para qué priorizar las cosas materiales sobre la familia, el hogar, el amor? ¿para qué exaltar lo material sobre lo amoroso o afectivo?
Cuando cambiamos de enfoque, y ponemos nuestras intenciones sólo en el tener, tener dinero, tener auto, tener una casa, tener ropa, tener celulares, etc; nos olvidamos de lo fundamental, que es SER.
La sociedad valora el tener en relación a que “cuanto más tengo más valgo” y eso es sólo una ilusión narcisista; que va en detrimento de los pilares de toda sociedad.
en los hogares, en las escuelas, en las empresas; porque quien no ama lo que hace, destruye; y la destrucción se hace con acción u omisión.
Comienza a generar en tu casa una comunicación abierta y amena con tus hijos, que vaya más allá del típico saludo, permítete el tiempo para una escucha afectiva, interésate por las cosas que hace tu esposo o tu pareja, comparte tus emociones y sentimientos; fortalece el respeto por las ideas contrarias, la aceptación a la integridad humana y el amor como energía constructiva.
Porque cuando no sentimos pertenecer y actuamos en el paradigma “ganar-perder”; el que dictan los contextos deportivos, para ganar
© Autor: Chuchi González.
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