“Hoy es el dĂa perfecto para proponerme cambiar las cosas, pero tambiĂ©n es bueno recordar porquĂ© un dĂa me sentĂ tan mal”.Pero atrĂ¡s no hay nada bueno ni rescatable, atrĂ¡s sĂ³lo hay heridas, olvido, dolor y la indiferencia de la persona que se fue. Y pese a todo, se han formado murallas en el alma de quien no quiere dejar el pasado ir.
PensĂ© en el amor que se fue y que nunca mĂ¡s regresarĂ¡, en la esperanza perdida, en esa mirada interminable como queriendo detener el tiempo y regresar atrĂ¡s…
¿Por quĂ© seguir aferradas al sufrimiento? La vida es demasiado hermosa como para seguir sufriendo por lo pasado. Si nos pasamos el tiempo mirando atrĂ¡s nos perderemos lo que estĂ¡ delante nuestro.
El amor, la alegrĂa, los deseos de vivir… dejemos definitivamente atrĂ¡s el dolor y las ganas de no seguir viviendo. De eso crĂ©anme, ya hemos tenido suficiente. No tiene sentido querer retomar lo que dejamos atrĂ¡s. El renunciar es mĂ¡s digno, debemos amarnos a nosotras mismas mĂ¡s, lo suficiente como para no permitir que sigamos encerradas en esos barrotes del pasado.
El pasado ya pasĂ³ y nadie ni nada lo podrĂ¡ cambiar, el presente estĂ¡ delante con muchas puertas abiertas para reĂr, para amar y ser amadas. Hay lugar para que llegue la persona adecuada a nuestras vidas, hay lugar para esos deseos de ser amadas.
¿Por quĂ© negarnos a ser felices?
¡Basta mujeres! ¡Basta de pensamientos que destruyen el alma y los sentimientos! Todo esto sĂ³lo provoca que nos convirtamos en nada o en nadie, asĂ que Ă¡nimo mujeres, hay mucho mĂ¡s por lo cual vivir, conocer y descubrir. Queda mucho por descubrir dentro de cada una de nosotras, mucho mĂ¡s que aĂºn podemos hacer y dar… Dar, sĂ, dar, esa acciĂ³n que nos hace mĂ¡s nobles y dignas.Cuando se cierra una puerta, otra se abre
Todas merecemos mĂ¡s
Que cada una de ustedes que leen esto, sepa que es para ustedes, amigas, mujeres hermosas y valientes. Puede que perdieran la batalla pero no la guerra, sean felices y estĂ©n agradecidas por todas las cosas que nos pasa y sucede, pues de toda experiencia se aprende y de todo dolor nace un gran perdĂ³n que nos hace mejores personas.SonrĂan, que ello es buena medicina para el alma y cojan su saco de dolor de sufrimiento heridas y todo aquello que no deben seguir cargando y tĂrenlo por un precipicio tan profundo que nunca mĂ¡s se deje ver el dolor, las lagrimas, el sufrimiento y la soledad. Caminen erguidas con la frente en alto, porque en ese camino Dios les pondrĂ¡ la persona con un corazĂ³n conforme al de ustedes y serĂ¡n tan felices que nunca mĂ¡s se acordarĂ¡n de las cosas que vivieron. Todo lo vivido y sufrido serĂ¡ como aguas que pasaron, recuerden lo que les digo y tengan el corazĂ³n abierto, para ayudar y dar al que necesita una palabra de aliento, a su debido tiempo Dios se lo devolverĂ¡ doblemente, mis mujeres quiĂ©ranse, valĂ³rense y no se dejen vencer.
Una mujer no es cualquier cosa (nunca lo olviden). Siempre sacamos lo mejor, incluso de lo peor que nos ha tocado vivir, somos criaturas de amor valentĂa y progreso.
Recuerda:
El hombre sabio nos sabrĂ¡ valorar, el necio nos dejarĂ¡ escapar y nosotras siempre ganaremos las batallas. Porque sabemos amar.
Por lo tanto, hoy repasa tu vida pero decide ser feliz, viviendo cada dĂa como si del mejor se tratase. Donde antes habĂa dolor, ahora ya no lo hay, pues queda la esperanza, asĂ que mira la vida con amor.
© Autor: Shoshan
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