A veces se nos olvida que cuando nos enamoramos, en el paquete también nos incluyen una cláusula de libertad que asevera que él también puede ser feliz sin nosotras, que tiene el derecho de dejar de amarnos si así lo desease, y que las decisiones de nuestra pareja han de ser respetadas.
Sin duda, es difícil asimilar que el hombre a quien amamos ya no quiera volar a nuestro lado y esté anhelando abrir su espacio a otros destinos en los que no nos encontramos nosotras, por lo menos de la forma en que quisiéramos. Pero sucede.
No hay palabras que expresen la tristeza y la frustración que puedes llegar a sentir ante este tipo de despedidas, siempre te andas preguntando “¿En qué fallé? ¿Acaso no soy digna de su amor? ¿Qué tiene esa otra persona que no tenga yo?”.
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Pero la verdad es que no siempre debe existir un tercero que “robe” el amor que hasta ahora era nuestro, sino que a veces las circunstancias se confabulan para que el amor romántico se rompa y se marche con la cabeza agachada al rincón del olvido.
Muchas veces escogemos continuar con este tipo de relaciones, aún reconociendo que el sentimiento que nos unía a él ya no es el mismo. Seguimos caminando en círculos, intentamos dejar atrás lo acontecido y queremos avanzar, sin embargo y a pesar de cambiar de rutas, muchas veces nos encontramos con un inmenso letrero que nos recuerda aquel nombre que ni siquiera queremos pronunciar.
¿Cómo dejar atrás el recuerdo cuando cada calle te evidencia la existencia de ese ser? ¿Cómo olvidar cuando sin saberlo, otras personas te hablan de ése ser y te cuentan episodios de su vida que tu desconocías? ¿Cómo creer que podemos dejar de recordar cuando al despertar, tu primer pensamiento se desvía hacia ese amor con el que ya no puedes estar?
No hay respuestas que el tiempo no conozca, todo llegará a su momento, pero lo que sí podemos hacer es lidiar con el dolor de la separación aunque a veces sintamos que la decepción se apodera de nuestra alma y creamos que todo se torna oscuro, insoportable y lacerante. Un buen paso es reconocer que a veces el amor se desgasta sin razón o por descuido, nada es para siempre y por ello no hay buscar culpables ni explicaciones, sino aceptar con valentía que cuando los caminos del amor se bifurcan, es muy difícil volverlos a unir, por lo cual debemos aceptar que la persona que amamos ya no esté con nosotras.
Esto no es sencillo…
Debemos dejar atrás a alguien que aún amamos, pero debemos enfrentarnos a la situación y en primer lugar, vaciar nuestra alma de sentimientos oscuros y ser altruistas realizando un auténtico acto de valor: desear el bienestar de la persona que amamos por encima de todo lo que haya pasado, enviándole cajitas de felicidad y buenos augurios, incluso, llegado el caso, debemos bendecir a la persona que ocupa los sentimientos del ser que amamos, ello es prueba de que cada instante que vivimos al lado de la otra persona fue una manifestación de amor sincero y desinteresado, ya que no hay nada más bello que el amor que se expresa en su naturaleza pura, aquel que elige que “aunque no sea a mi lado y aunque no sea conmigo, deseo que estés feliz y te sientas pleno, que la paz y sabiduría reconforten tu alma y te regalen el don del amor, para que algún día –o para que hoy- disfrutes de la entrega de un corazón leal que te ame incondicionalmente, como el que yo misma pretendí entregarte”.
Y si somos capaces de sacrificar nuestro bienestar en virtud de otros, también tenemos que ser capaces de ir en búsqueda de nuevos senderos para nuestros pasos, de ahí que debamos tenernos toda la paciencia y darnos todas las oportunidades del mundo, puesto que nuestra vida no termina en un amor que no fue correspondido… sólo porque alguien ya no te ame como tú quisieras que lo hiciera, no quiere decir que no lo haga, como tampoco quiere decir que no puedas encontrar a alguien que corresponda a ese amor que tienes para entregar.
Si se cierra una puerta, se abren muchísimas porque ya no dejas tu mirada tan concentrada en el mismo punto. Sin embargo, la tristeza y el encaprichamiento sólo nos permiten ver la puerta cerrada. Eres una mujer privilegiada, conoces el verdadero significado del amor, sobrepusiste el bienestar de la persona que amabas al tuyo, y ya es hora de que pienses en ti y tomes las riendas de tu vida.
Las heridas pronto sanarán y tendrás la satisfacción de haber hecho lo correcto. Deja que el viento se lleve las cenizas de lo que no fue. Seguro pronto encontrarás a alguien que quiere que estés en su corazón y que no salgas de allí jamás…
Autor: Lluvia.
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